México, friendshoring y el PIB

Genevieve Signoret & Delia Paredes

(You can read the original English version here.)

Continuamos compartiendo extractos de la última edición de nuestro informe, Perspectiva Trimestral 2023-2025: Aterrizaje suave de nuevo, donde presentamos tres escenarios para la economía global en los próximos dos años. Los escenarios pueden visualizarse como una vía de tren: cada vía lleva la economía en una dirección distinta. Un escenario se construye sobre un grupo de hipótesis. Los tres juegos de hipótesis “pivotan” la economía entre un riel y otro.


Ahora trataremos la cuestión de friendshoring, o nearshoring como se le llama más comúnmente en México.

Actualmente, los medios financieros están repletos de historias que sugieren que México está a punto de experimentar un auge de inversión extranjera directa debido a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. Si esto es cierto, entonces las tasas de PIB observado y potencial se impulsarán y la inflación a largo plazo podrá disminuir.

China, según esta narrativa, ya está dando la vuelta a los obstáculos comerciales para exportar a Estados Unidos, o preparándose para hacerlo. Lo hace enviando bienes intermedios a las costas de países amistosos con Estados Unidos, países tipo Argelia, Argentina, Bangladesh, Brasil, Chile, Colombia, Egipto, India, Indonesia, Polonia, Filipinas, Sudáfrica, Túnez, Turquía y… ¡México! Empresas locales y extranjeras en esos países fabrican y envían productos finales a Estados Unidos. Así, China conserva gran parte de su acceso al mercado de Estados Unidos, al pasar del acceso directo al indirecto, aunque sí cede un poco a sus competidores.

Examinando los datos duros, difícilmente se sostiene la hipótesis de que el friendshoring ya esté impulsando la inversión extranjera directa en México. Pero la evidencia anecdótica indica claramente que no sólo las empresas extranjeras están planeando e incluso iniciando proyectos de inversión para aprovechar esta oportunidad, sino que también las nacionales lo están haciendo.

Nuestro desafío es pronosticar la economía mexicana a ocho trimestres sin poder saber cuán fuerte o rápidamente se sentirá el impulso del friendshoring. Nosotros estamos suponiendo que, en los próximos dos años, los efectos serán débiles para el PIB y nulos para el PIB potencial. La incertidumbre política, la amenaza de una crisis constitucional, el deterioro del estado de derecho, la deuda de Pemex y las dudas en torno a si México podrá mantener su grado de inversión contrarrestarán el efecto positivo del friendshoring.

En cuanto a nuestro escenario central, asumimos que nuestra corazonada resultará correcta. Este supuesto alimenta tres proyecciones de escenario central: la inflación subyacente en México disminuye lentamente, las tasas de interés bajan lentamente, y México entra en recesión en el primer trimestre de 2025.

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