El efecto Putin (Fase 1): ¿Y la Fase 2?

Alastair Winter

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Parece que la Fase 1 tomará un largo tiempo con más caos y miseria. En el papel, las fuerzas rusas deberían tener la capacidad de reagruparse y aplastar a los ucranianos, pero en su estado actual es probable que lo más que puedan lograr sea aferrarse a sus conquistas y resignarse a una guerra de desgaste. Sin embargo, mantener una fuerza de ocupación de decenas de miles sería prohibitivamente costoso, incluso antes tomar en cuenta las municiones necesarias para mantener a raya a un ejército ucraniano cada vez mejor equipado. La ocupación y las inevitables bajas tampoco serían muy populares en casa. El uso de mercenarios aumentaría el costo financiero, y su capacidad para cometer atrocidades rápidamente se volvería contraproducente. Mientras tanto, las sanciones serían más fuertes y los ingresos del petróleo y el gas comenzarían a caer. Incluso entonces, Putin puede estar preparado para poner a prueba la firmeza de la coalición en su contra.

La UE ha sido notablemente solidaria en muchos aspectos de su respuesta. Sin embargo, se requiere mucho más para mantener a Ucrania armada y alimentada y es probable que esto requiera no sólo dinero sino también un cambio institucional. Un ejército europeo necesitará un control político más que burocrático y los aspirantes como Viktor Orbán deben ser condenados al ostracismo. Macron parecía dispuesto, con un apoyo italiano sin precedentes, a convertirse en el líder del núcleo de Europa, pero ahora resulta más probable que Alemania emerja como el líder (y principal financiador) de una UE en rumbo a estar cada vez más integrada, aunque sin llegar a ser una federación.

Algo más dudosa es la resolución de EE. UU. o, más bien, del Partido Republicano en el Congreso, especialmente si toma el control después de las elecciones legislativas de noviembre. Habrá quienes estén más interesados en destituir a Biden que en combatir la agresión de Putin y crean que Zelenski es el mayor villano por no haber filtrado información incriminatoria acerca de Hunter Biden. El surgimiento de un régimen aislacionista iliberal en los EE. UU sería un premio abundante y oscuramente irónico para Putin, pero es probable que el consenso bipartidista sobre Rusia y China se profundice, y que sea Putin quien parpadee primero; Xi solo le brindará apoyo que evite sanciones y no cueste dinero.

Mientras tanto, en el frente económico, enfrentamos una desaceleración global y una posible recesión en varios países, y la inflación se mantendrá incómodamente alta durante al menos los próximos dos años. Los rendimientos de los bonos (así como las tasas de interés oficiales) tienen que aumentar aún más antes de alcanzar su punto máximo, mientras que los mercados accionarios no subirán mucho hasta que los inversionistas vean una forma de superar la agitación geopolítica y los desafíos macroeconómicos.

Ciertamente ayudaría si el Efecto Putin ya hubiera pasado y tanto él como su versión de Rusia fueran marginados.

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