Asignación de activos mediante fondos cotizados en bolsa (ETF). Segunda parte: Renta variable y fija.

Genevieve Signoret

Carta de Querétaro

Primera parte: Los ETF

Aquí y con clientes, tanto enfatizo la importancia de una amplia diversificación de cartera que parezco disco rayado.[1] Y recalco que una adecuada diversificación reparte el riesgo del portafolio no sólo entre regiones y divisas sino también entre clases de activos. Hoy continúo con mi compendio básico de asignación de activos mediante fondos cotizados en bolsa (ETF) distinguiendo entre dos de ellas: la renta variable y la renta fija.

La renta variable

Para propósitos de La Carpeta Negra, el término “renta variable” se refiere a acciones corporativas.

Las acciones corporativas generan plusvalía o minusvalía, más (potencialmente) dividendos. Los dividendos constituyen un reparto de utilidades.

La renta fija y su grado de riesgo

La clase de activos que llamamos renta fija abarca títulos de deuda: bonos del tesoro, bonos corporativos, activos respaldados por hipotecas y bonos municipales.

Un bono, o título de deuda, es un pagaré que circula en bolsa.

Los bonos cuya calificación de riesgo alcanza “grado de inversión” son aquellos que, a juicio de una o más empresas calificadoras (las más conocidos siendo Fitch, Moody’s y S&P), son de muy bajo “riesgo crediticio” (riesgo de incumplimiento).

A lo largo de su vida, un bono sube y baja de precio al igual que una acción corporativa. Por lo tanto, al igual que las acciones, los bonos generan plusvalía o minusvalía. Sólo en su fecha de vencimiento su precio suele ser igual al capital prestado al emisor (su “valor nominal”).

Además de generar plusvalía o minusvalía antes de su vencimiento, un bono paga intereses.

Algo curioso sobre los ETF[2] compuestos de títulos de deuda es que reparten a sus inversores dividendos, no intereses. Se nos hace extraño porque asociamos dividendos con acciones corporativas (renta variable), no con bonos (renta fija).

Si el fondo compra bonos y por ello percibe ingresos en forma de intereses, ¿por qué no reparte intereses? Porque un ETF finalmente es en sí una empresa –una cuyo giro es invertir en bolsa. Sus dueños son los accionistas del fondo: nosotros. Aunque el fondo invierta en renta fija y por ello genere flujo en forma de intereses, como toda corporación, lo que gana menos lo que le cuesta ganarlo son sus utilidades. Y al igual que muchas corporaciones que cotizan en bolsa, reparte dichas utilidades periódicamente a sus inversionistas en forma de dividendos.

Más entradas en esta serie:
Primera parte: Los ETF
Segunda parte: Renta variable y fija
Tercera parte: La asignación objetivo

 

[1] Querido lector nacido después de 1980: Érase una vez, escuchábamos música en algo llamado un “LP”…

[2] Y algunas sociedades de inversión.

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