Asignación de activos mediante fondos cotizados en bolsa (ETF). Primera parte: Los ETF.

Genevieve Signoret

Carta de Querétaro

A veces olvido que no todo el mundo maneja el mismo vocabulario que yo hasta que un cliente me sensibiliza volteándome el asunto: experto que es en su propia industria, comienza a hablarme a millón por hora de su trabajo y me pierdo en el vocabulario. “¡Momento!” le paro. “No te estoy siguiendo el hilo. Estás empleando jerga que desconozco. ¿Puedes regresar al principio?”

Inspirada por estos incidentes, decidí iniciar una serie de entradas de blog principalmente para definir vocabulario que suelo usar en las reuniones con clientes. Mi aspiración es que, en su conjunto, estas entradas puedan servir a mis clientes y a ustedes lectores a modo de compendio básico para la asignación de activos mediante fondos cotizados en bolsa (ETF).

Hoy comienzo por explicar a grosso modo qué es un ETF y por qué los ETF me gustan para lograr que nuestros clientes logren una amplia diversificación de cartera –diversificación tanto internacional como entre categorías de activos.

Un fondo cotizado en bolsa (también llamado “ETF”, por Exchange Traded Fund, o “TRAC”, por Título Referenciado a Acciones) es uno de los dos tipos principales de fondo de inversión. El otro es “sociedad de inversión”. Ambos tipos tienen en común tres atributos:

  1. Tanto los ETF como las sociedades de inversión, son “canastas de valores”. Al comprar acciones en un fondo, un inversor puede lograr en una sola compra una amplia diversificación y adquirir servicios de gestión.
  2. Tanto las sociedades de inversión como los ETF pueden ser gestionados activa o pasivamente.
    En aquellos que son gestionados activamente, el estratega de cartera es un ser humano. Estos fondos son más costosos de administrar que los gestionados pasivamente, por correr con mayor nómina y costo de análisis. Sus altos costos de administración llegan a mermar los dividendos susceptibles a reparto entre sus accionistas.Aquellos que son gestionados pasivamente tienen como “estratega” un robot: la empresa que administra el fondo compra una licencia a un índice bursátil que su fondo replicará y crea código informático para que, mediante un algoritmo, una computadora dicte las compras y ventas a hacer cada mes o trimestre para alinearse con el índice.Es porque los fondos gestionados pasivamente replican índices que se llaman también “fondos indizados”.
    Un índice es un métrico que resume en una sola cifra el avance de una bolsa de valores o de un segmento de la bolsa desde una fecha base. Algunos índices que probablemente les sean familiares son el Dow Jones Industrial Average y el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores.En su fecha base, un índice medirá 100. Si, más adelante, su nivel alcanza 110, significa que, desde la fecha base, la bolsa que representa ha avanzado 10%.

    Un nivel 95 significa que ha caído 5% desde la fecha base.

    Si se comparan los niveles de un índice en dos fechas, se puede medir su avance en el intervalo correspondiente.

    Un índice se construye como una especie de promedio ponderado de los títulos que lo componen. El modo en que precisamente se pondera cada título en el índice depende de la metodología adoptada.

    Un emisor de fondo indizado renta el servicio continuo de la información de un índice (composición y ponderaciones) a un productor de índices y replica el índice en la cartera de su fondo.

  3. Todo fondo tiene un emisor: Es la empresa que ofrece en bolsa y administra el ETF: selecciona los títulos a comprar y vender; compra y vende títulos en sintonía con la estrategia. Si el fondo es indizado, el “estratega” que hace la selección y decide cuándo y qué comprar y vender es un algoritmo computacional formulado para replicar el índice.

Las diferencias principales entre los ETF y las sociedades de inversión son tres:

  1. Agilidad administrativa: Para comprar y vender acciones en una sociedad de inversión, debes abrir una cuenta en la casa de bolsa o banco emisor del fondo. En cambio, para transar un ETF, simplemente llamas a tu corredor de bolsa. Ello se debe a que un ETF se compra y se vende como cualquier acción bursátil, a pesar de en realidad ser una canasta de acciones. Por lo tanto, desde tu cuenta única en casa de bolsa, tienes acceso a miles de ETF. Si estuvieras limitado a comprar sociedades de inversión, tendrías que abrir cuentas en –y lidiar con– múltiples instituciones financieras, algunas en otros países. Esto no sería factible, por lo que te quedarías con opciones reducidas y poca diversificación.
  2. Agilidad de transacción: Mientras que se puede entrar o salir de una sociedad de inversión sólo una vez al día, al final de la sesión de mercado se puede comprar o vender un ETF a la hora que uno quiera mientras esté abierta la sesión.
  3. Selección: En México, el universo de selección de ETF es mucho más grande que el de sociedades de inversión, ya que en este país están registrados en la Bolsa de Valores ETF emitidos no sólo en México sino también (mediante el llamado Sistema Internacional de Cotizaciones, o SIC) en bolsas extranjeras. De ETF extranjeros hay cientos. Es por esto que afirmo que los ETF ofrecen al inversor mexicano una tremenda diversificación de cartera no sólo entre clases de activo sino también internacional desde su casa de bolsa mexicana.

Más entradas en esta serie:
Primera parte: Los ETF
Segunda parte: Renta variable y fija
Tercera parte: La asignación objetivo

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