Actualización de estrategia

Genevieve Signoret

En esta carta les explico las actualizaciones que hemos hecho a las estrategias para nuestros portafolios bursátiles.

Nuestro panorama esperanzador pierde algo de su lustre

El pasado miércoles 27 de marzo compartimos a través de nuestro blog hermano, Timón Económico, nuestros escenarios actualizados para la economía y los mercados globales en el periodo 2018-19. Nuestro panorama permanece esperanzador, pero en los últimos meses ha perdido algo de su lustre: hemos reducido de 80% a 75% la probabilidad (subjetiva) que asignamos a nuestro benigno escenario central y hemos elevado la de nuestro escenario pesimista de 10% a 15%. Debido a la incertidumbre que rodea al TLCAN y a la alta probabilidad de que Andrés Manuel López Obrador se vuelva presidente, hemos ajustado drásticamente a la baja nuestros pronósticos de crecimiento y tipo de cambio para México en el escenario central. Este pesimismo centrado en México explica por qué insertamos la frase al Exterior en el nombre de nuestro escenario central, Calma al Exterior.

Pero no abandonaremos los activos de riesgo

Aunque ya no es tan brillante ni tan seguro como antes, nuestro escenario central es todavía benigno y de alta probabilidad. Por lo tanto, no reduciremos la proporción entre activos de riesgo[1] y de refugio[2] en los portafolios de nuestros clientes.

Si el horizonte de inversión de nuestro cliente es de más de 10 años, seguimos invirtiendo sólo en activos de riesgo.[3]Para horizontes de 5 a 10 años, asignamos 80% a activos de riesgo y 20% a activos de calidad. La proporción para horizontes de 2 a 5 años 60%-40%.

Rehuimos al peso y agregamos algo de oro

El que nuestro escenario central haya perdido brillo, especialmente para México y el peso, significa que ahora evitamos casi completamente al peso mexicano[4]. Como muchos de los riesgos a nuestro escenario central son geopolíticos, y como en nuestro escenario central el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) adoptan posturas más restrictivas, incluimos nuevamente al oro en la lista de activos de refugio y abrimos posiciones pequeñas en él.

La mitad o menos de nuestros bonos son del Tesoro de EE.UU.

Mantenemos una postura bajista para las relaciones del dólar ante el euro y el yen, pero nos resistimos a sobre exponer a nuestros clientes a bonos del Tesoro, ya que nos parece probable que la Fed endurezca su política monetaria demasiado rápidamente. Por lo tanto hemos fijado un límite superior de 50% a la proporción de bonos del Tesoro y ponemos la vista en una duración promedio de 6 a 25 años. El resto de la parte asignada a bonos se distribuye entre bonos soberanos de mercados desarrollados excluyendo a EE.UU. (la mayor parte) y bonos corporativos de alta calidad y larga duración emitidos en economías desarrolladas.

Aplicamos una regla similar a bienes raíces

La mitad de los activos ligados a bienes raíces, aunque todavía provengan de mercados desarrollados, no son de EE.UU.

Damos sobrepeso a mercados emergentes en acciones

Para decidir la distribución de acciones en distintos países respetando límites para mercados y sectores, asignamos una buena parte de la sección del portafolio de nuestro cliente que corresponde a acciones a un fondo índice ponderado por mercado. El resto va a “sobrepesos” de acuerdo con las sugerencias (de comprar, vender o dejar sin cambio) que nos da el modelo cuantitativo exclusivo que analiza índices de mercados donde podemos invertir a través de fondos cotizados en bolsa que satisfacen nuestros estrictos criterios en cuanto a costo y liquidez.[5]

Hoy reducimos la proporción de acciones de EE.UU., que consideramos sobrevaluadas, y damos sobrepeso a mercados emergentes. Entre los mercados emergentes, damos sobrepeso a Rusia, Brasil y Corea del Sur; entre los desarrollados, damos sobrepeso al Reino Unido[6].

El balance final

En resumen, seguimos dando un marcado sobrepeso a mercados emergentes al tiempo que evitamos a México, y mantenemos el límite de 50% para bonos de EE.UU. y activos ligados a bienes raíces. Adicionalmente, y por causa de la restricción monetaria y el riesgo geopolítico que prevemos, categorizamos al oro como un activo de refugio y abrimos posiciones en él.

 

[1] Todas las posiciones son largas. Definimos un activo de riesgo como cualquiera que no es de refugio. Por ejemplo, acciones, activos ligados a bienes raíces tales como FIBRAS, activos alternativos incluyendo futuros de materias primas, bonos de mercados emergentes (aunque sean soberanos), y bonos corporativos con calificación por debajo de A, aun cuando hayan sido emitidos en un país y una moneda considerados seguros.

[2] Definimos un activo de refugio (o “de calidad”) como un bono emitido en una divisa de refugio con calificación crediticia global de A o superior. El yen japonés, el franco suizo, el dólar, el euro (la menos confiable en la lista) y algunas monedas escandinavas son para nosotros divisas de refugio. Notemos que ninguna de las divisas en esta lista tiene correlación positiva con precios de materias primas; por esta razón no incluimos al dólar canadiense ni al dólar australiano como refugio. Estamos considerando la posibilidad de volver a incluir a la libra británica en la lista, tras haberla eliminado alrededor de la fecha del referendo de Brexit. Desde nuestro punto de vista, el oro es un activo de refugio confiable sólo ante eventos extremos.

[3]Para aquellos clientes cuya tolerancia al riesgo nos parece baja en relación a su horizonte de inversión, tomamos posturas mucho más conservadoras que las mencionadas en este párrafo.

[4] Excepto en aquellos casos en que nuestra misión es producir un flujo en pesos durante los próximos dos años. Requerimientos de corto plazo en peso están escalonados en Cetes.

[5] Consideramos como un índice en el que se puede invertir si éste se puede replicar a través de un ETF que cumple con nuestros criterios de costo, liquidez y calidad en la gestión.

[6] No todos los portafolios de nuestros clientes tienen exactamente los mismos sobrepesos. Dejamos que los sobrepesos maduren (es decir, esperamos a que nuestro modelo dé una señal de venta) antes de cerrar la posición y abrir una nueva.

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