Constructoras en México sufren por cambio en política de vivienda

Genevieve Signoret & Patrick Signoret

Después de años de favorecer el desarrollo de viviendas unifamiliares, el gobierno federal ha dado un giro, favoreciendo subsidios a departamentos para fomentar la vivienda cercana a las ciudades. Las grandes constructoras enfrentarán enormes costos para adaptarse a este cambio. En consecuencia, tanto su calificación crediticia como el precio de sus acciones han sufrido. (Sentido Común, beyondbrics). Frente a estas caídas, de poco ha servido la promesa del gobierno federal, anunciada el 6 de marzo, de cubrir hasta el 30% de las pérdidas que puedan sufrir los préstamos a constructoras de vivienda (beyondbrics).

Jonathan Levin de Bloomberg vía Sentido Común el 2 de abril:

Infonavit ha financiado la compra de vivienda desde 1970, en parte para ayudar a frenar ese déficit habitacional que provocó el crecimiento demográfico en la segunda mitad del siglo pasado y también para mejorar el mal estado de muchas propiedades.

La política generó ganancias inesperadas para las compañías constructoras de viviendas, también conocidas como vivienderas, lo cual desató una ola de ofertas públicas iniciales y ventas de bonos en México y el extranjero en los últimos 10 años.

Los inversionistas, ante las favorables perspectivas del sector, se apresuraron a financiarlo, más cuando contaba con el respaldado del gobierno para reducir el déficit de vivienda del país y dar así un patrimonio a los trabajadores.

[…] El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que comenzó hace cuatro meses, está tratando de atajar la ola de casas abandonadas fomentando desarrollos más cerca de las ciudades. El gobierno también está dando prioridad a los subsidios para los edificios de departamentos en lugar de las viviendas unifamiliares, que requieren más terreno y que dominaron los desarrollos subsidiados en los dos gobiernos anteriores.

[…] Las necesidades de contar con más capital para edificar edificios de departamentos llevaron a constructoras como Urbi y Geo a tener un flujo de efectivo libre negativo con respecto a su capital en el cuarto trimestre.

También llevaron a la agencia calificadora, Fitch Ratings, a decir en un reporte del 22 de febrero que las constructoras podrían sufrir depreciaciones de sus activos al tiempo que reubican reservas de terrenos para adaptarse al nuevo plan de vivienda.

Adam Thomson en beyondbrics (FT) la semana pasada:

Over the last couple of months, shares in the three leading companies have gone through the floor. Urbi Desarrollos Urbanos shares have lost 57.9 per cent since February 5; shares in Desarrolladora Homex have lost 38.8 per cent since February 4; and shares in Corp. Geo have lost 56.3 per cent since the first week of January.

And now even bondholders are jumping ship. Bonds issued by the three homebuilders are trading at or near all time lows while yields have jumped accordingly.

[…] Just how long the decline will last is anyone’s guess – though the fact that a finance-ministry pledge to encourage financing by guaranteeing 30 per cent of losses on up to 15bn pesos of construction loans to the sector gave the share prices in the leading construction companies only temporary respite from the declines will not have been lost on any investors today.

La Sociedad Hipotecaria Federal el 6 de marzo:

[El] día de hoy se presentó el Programa de Garantía SHF a la Construcción de Vivienda, el cual es un esquema de garantías, de acceso abierto a todos los desarrolladores de vivienda.

[…] Mediante este esquema la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) cubrirá a la banca comercial e intermediarios financieros regulados hasta el 30 por ciento de las primeras pérdidas que puedan tener en portafolios de créditos otorgados a desarrolladores para la construcción de viviendas.

[…] El Programa de Garantía SHF a la Construcción de Vivienda provee un esquema de financiamiento de 15 mil millones de pesos, al promover garantías de primeras pérdidas, lo que implica que habrá garantías disponibles para respaldar créditos por un 40% o hasta un 50% del saldo total de créditos a la construcción observado en 2012.

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