“¿Adónde vamos caminando a almorzar?”: El desafío de la movilidad

John Greenman

Carta desde Denver

Se suele decir que la generación del milenio tiende a preferir entornos compactos y peatonales donde se pueda “vivir/trabajar/divertirse”, y que le tiene aversión al estilo de vida suburbano y vehicular propio de sus padres de la generación baby boom. Sin embargo, como la movilidad en la mayoría de las zonas metropolitanas se deteriora debido al aumento del tráfico y a la capacidad cada vez menor de que el sector público pueda financiar la ampliación (por ni siquiera decir su buen mantenimiento) de las calzadas, no sólo se trata de elegir un estilo de vida, sino también de economizar al encontrar lugares, tanto residenciales como comerciales, que maximicen las opciones de desplazamiento. Las siete ciudades de la denominada “franja solar” en el sudeste de EE UU que TransEconomics monitorea en cuanto a oportunidades de inversión comercial (Denver, Phoenix, San Diego, Austin, San Antonio, Dallas y Houston), se desarrollaron mayoritariamente en la época dorada del automóvil, y ahora han volcado sus esfuerzos a la creación de vías exclusivas para bicicletas y autobuses, y a la construcción de redes ferroviarias hacia zonas periféricas. Denver, Dallas y San Diego son las más avanzadas en cuanto a vías férreas o de trolebuses en este momento.

Sin embargo, tanto los residentes como los empleados suelen desear evitar a toda costa la necesidad de algún tipo de transporte, que no sean sus propias piernas. De ahí la popularidad que ha alcanzado el sitio web llamado Walk Score que permite calificar los lugares en términos de si permiten acudir a pie a tiendas, escuelas y demás destinos cotidianos. En este sitio, si se tiene una dirección postal, se puede obtener lo que se denomina el “Puntaje Peatonal”, por lo menos en cualquier parte de EE UU, Canadá y Australia; sin lugar a dudas el servicio finalmente llegará también a Latinoamérica.

Este Puntaje Peatonal evalúa los lugares en una escala de 1 a 100; mientras mayor sea la cifra, mejor. Las ciudades antiguas generalmente tienen vecindarios con altos puntajes peatonales debido a sus tradicionales planos urbanos cuadriculados que favorecen el tránsito a pie. Por ejemplo, el inmueble ubicado en el 725 de la Quinta Avenida en Manhattan, la dirección residencial de un tal Donald Trump, obtiene la cifra perfecta de 100 puntos. Los puntajes pueden variar considerablemente dentro de las zonas centrales como suburbanas de una ciudad (mi casa en un suburbio de Denver sólo obtiene un puntaje de 49).

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