Hacia dónde va el peso y qué hacer

Genevieve Signoret

Carta de la Presidente

La tasa de cambio peso-dólar cerró el viernes 12 de diciembre en $1.00=MXN14.76. Probablemente usted se pregunte hacia dónde se dirige esta tasa y cómo estamos enfrentando el colapso del peso en las cuentas de nuestros clientes. Prevemos una recuperación a corto plazo. Pero no debiera apostar por ello ni por ninguna otra perspectiva en los mercados de derivados a menos que se dedique profesionalmente a especular en derivados. Para los clientes basados en pesos que están invirtiendo nuevo capital en el mercado, actualmente compramos renta variable de Suiza, el Reino Unido y Asia excluido Japón.

¿Hacia dónde va la tasa de cambio?

En primer lugar, es obvio que nadie sabe exactamente cómo se comportarán las tasas de cambio. Sólo podemos ofrecer perspectivas bien informadas. Mi perspectiva es que el dólar se ha sobrevalorado y que bajará en los siguientes días, y de hecho creo que, en los próximos 12 meses, el peso se recuperará por debajo de 13.50.

En octubre tomamos un camino equivocado (volátil)

A partir de octubre, el peso comenzó a depreciarse frente al dólar. Al principio pensamos que se trataba de una tendencia transitoria, así que para las cuentas nuevas, o al agregar capital nuevo a cuentas ya existentes, compramos activos denominados en pesos, principalmente renta variable. Previmos que la renta variable continuaría su tendencia alcista globalmente pero no quisimos comprar dólares a un precio que en ese entonces consideramos caro (US $1.00=MXN13.54). Nuestro plan era esperar que el peso se recuperara, luego cerrar esa “cubeta” (portafolio) transitoria reasignando su capital según nuestra estrategia normal: invertir en un grupo de fondos negociables en bolsa (ETF) globalmente diversificados y dominados por dólares.

Les avisaremos cuando cerremos estas cubetas transitorias. Aún creemos que la táctica resultará rentable en periodos superiores a dos años pero ahora reconocemos que, en términos de volatilidad a corto plazo, nuestra táctica resultó cara.

En diciembre corregimos nuestras tácticas

Cambiamos de tácticas en diciembre. Donde quiera que nuestros mandatos de inversión lo permitan, para los nuevos pesos que administramos hemos establecido “cubetas” (portafolios) transitorias asignadas en renta variable de Suiza, el Reino Unido y Asia excluido Japón. Ello significa que estamos apostando por la renta variable de mercados desarrollados como clase de activo mientras evitamos el dólar (demasiado caro), el euro (se espera que en tendencia se desvalorice frente al dólar durante los siguientes 2 a 3 años), el yen (ídem) y las divisas de mercados emergentes (demasiado riesgosas por ahora), y minimizamos la exposición al dólar australiano y neozelandés (vinculados a materias primas, que también están a la baja).

Tengan presente que el franco suizo, la libra esterlina y las divisas asiáticas también han caído recientemente frente al dólar. Por lo tanto, fue más barato comprarlas que invertir en renta variable denominada en dólares.

Nuestra nueva táctica consiste en apostar que, durante los siguientes seis meses, ocurrirá lo siguiente en los mercados:

Primera etapa. La renta variable se recupera. Como la tenemos, aprovechamos la recuperación.

Segunda etapa. Las divisas diferentes al euro, el yen y de mercados desarrollados no basados en materias primas se recuperan frente al dólar. Como las tenemos, también aprovechamos esta recuperación. Una vez que la recuperación se completa, volvemos a diversificar el capital según nuestras estrategias normales.

Tercera etapa. Las divisas de mercados emergentes se recuperan al menos un poco frente al dólar.

Nuestro punto es el siguiente: cómo el dólar está tan caro, conviene posponer comprar hoy con pesos cualquier título denominado en dólares, pero seguir adelante con la adquisición de renta variable.

No especule en derivados a menos que ése sea su empleo a tiempo completo

Para los clientes que se encuentran cortos de dólares para transacciones comerciales, comparto mi perspectiva de que esta divisa se ha sobrevalorado y que comenzará a bajar en los próximos días, pero agrego que por supuesto realmente no sé qué pasará y que incluso cuestiono que mi perspectiva sea relevante para sus decisiones de cobertura.

¿Es relevante para la suya? Depende:

Si no puede darse el lujo de perder con las tasas de cambio o no resiste la incertidumbre, no lo es: debe cubrirse en los mercados de derivados independientemente de mi perspectiva.

Si puede darse el lujo de perder y no le importa la incertidumbre, puede que decida tomar en cuenta mi perspectiva. Si necesita dólares en los siguientes días, mi perspectiva apunta a evitar operaciones de cobertura. Pero no implica apostar por mi perspectiva en el mercado de derivados.

Mi punto es que, a menos que sea un especulador profesional en derivados, debe usar estos derivados sólo para comprar certidumbre (vender riesgo), nunca para especular. La certidumbre tiene un precio doble: un costo cierto de transacción más una pérdida posible en relación con lo que hubiera sucedido si se hubiese quedado en el mercado al contado. Cúbrase cada vez que dicho costo –la suma de su componente cierto y el riesgo de su componente incierto– le merezca la pena.

Nuevamente, a menos que sea un operador profesional en derivados, use los derivados sólo para cubrir riesgo que considere intolerable o indeseable, nunca como apuesta.

 

Cartas de la Presidente anteriores

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